Webs hechas totalmente en Flash se venden con facilidad a un público inexperto. Sin embargo, desde el punto de vista empresarial, una web hecha totalmente en Flash es una mala inversión por varios motivos. Aquí espero dar a los no-expertos algunas ideas sobre cómo se debe, y no se debe, usar Flash en la web.
En términos muy generales, el Flash destaca como herramienta para:
- experiencias inmersivas (mundos virtuales)
- realizar tareas concretas (aplicaciones: vídeo juegos, mapas, etc.)
- reproducir vídeo
Y suspende cuando se usa para:
Yo creo que mucha de la confusión sobre Flash viene a raíz del mismo nombre. Flash es una herramienta para crear animaciones, películas, y otras herramientas. Muchos de los efectos especiales se pueden conseguir con otras herramientas, pero en el fondo, si uno pretende tener una web “profesional”, antes de pedir una web con muchos colores y movimiento, el cliente debería preguntarse por qué…
De nuestro proceso de diseño web:
“Diseño web es una mezcla de los siguientes ingredientes: diseño gráfico, arquitectura de la información, usabilidad, accesibilidad, y optimización de cara a los buscadores (search engine optimization – SEO). Para lograr que un visitante responda de una manera predecible hay que tener en cuenta estos 5 factores a la hora de crear el diseño, y no sólo pensar en el diseño gráfico.”
Pero todo esto no me lo invento yo. Lo dicen muchas otras personas (expertas en el tema):
Pero el principal motivo del fracaso de la mayoría de las webs no es el uso, ni abuso, de Flash sino la falta de definir los objetivos empresariales de una web en términos concretos antes de iniciar la creación de dicha web.
Es decir: antes de contratar la creación de una web, siéntate y pregúntate qué esperas que la web te produzca en euros, contactos nuevos, imágen, etc. Una vez sepas en términos concretos qué esperas de la web, sabrás el valor que tiene (cuánto invertir) y con el tiempo podrás juzgar si la web ha logrado los objetivos o no. Esto es el primer paso de nuestro proceso de desarrollo web. Se supone que es sentido común, pero en mi experiencia, los clientes se dejan vender por los ojos, y no por el bolsillo como hacen los buenos empresarios.